DOLOR O MOLESTIA LEVE AL TOCAR LA GUITARRA
Tener un poco de molestia en las yemas de los dedos al tocar la guitarra es normal al principio. Los dedos de la mano izquierda (la derecha en el caso de los guitarristas zurdos) soportan mucha más presión y esfuerzo del habitual durante las horas de práctica con la guitarra. Este esfuerzo, que ya es evidente en las guitarras clásicas, se hace aún mayor en el caso de las de las guitarras acústicas, cuyas cuerdas son más duras, y en algunos casos más finas, teniendo un mayor efecto de rozamiento sobre las yemas de los dedos.
Por eso, tanto los principiantes como los guitarristas expertos que han tenido un parón, una reducción de intensidad o del tiempo de dedicación en su práctica cotidiana, pueden sufrir ciertas molestias en las yemas de los dedos.
LOS «CALLOS» O DUREZAS SON MUY ÚTILES
Afortunadamente, nuestro cuerpo es sabio, y pone su mecanismo de defensa en forma de unas durezas o “callos”, como los llamamos coloquialmente, que se generan sobre todo en el lateral de los dedos (ver imagen a continuación). En periodos de práctica intensa, estos “callos” nos protegen del dolor producido por el rozamiento de las cuerdas, pero pueden llegar a molestarnos si la dureza adquiere cierto grosor y ejerce presión sobre el tejido blando que hay debajo. En ese caso hay que limar los callos con una lima metálica de las que usamos para limar las uñas, dejándolos con el menor grosor posible que evite molestias por rozadura. Con este sencillo cuidado se soluciona todo.
En la foto podemos ver en color azul las zonas donde pueden aparecer durezas. En el caso del dedo 1 se debe en gran parte a la cejilla. Las más frecuentes y marcadas son las de los dedos 4 y 3
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Los callos tardan varios días, incluso semanas en formarse, depende de la persona y de la intensidad y el tiempo de práctica. Así que ten un poco de paciencia si te molestan un poco los dedos al tocar, porque merece la pena, y en poco tiempo tocarás sin molestia alguna.
Todo esto puede parecer un poco desesperante o latoso, ya que aquí lo he explicado con cierto detalle, pero es algo en realidad tan liviano que nos suele pasar desapercibido. Lo normal es, una vez que llevemos varios días practicando, las durezas de las yemas de los dedos vayan a la par de lo que les exigimos, estando todo equilibrado y sin molestia alguna.
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