LA POSTURA EN LA GUITARRA: PRACTICAR EN EL SOFÁ O SIN SOPORTE DE PIE

La guitarra es un instrumento muy transportable, por lo que podemos practicar con ella en multitud de lugares, en los sitios más insospechados. Pero, ¿es aconsejable practicar en cualquier postura?

En este artículo relato la evolución de mi postura al practicar con la guitarra, desde los primeros años de aprendizaje informal, pasando por los años de estudio intenso en el conservatorio hasta la forma de estudiar y practicar que tengo establecida en la actualidad.

 

DE LA CAMA AL SOPORTE BAJO EL PIE

Empecé  a tocar la guitarra hace 40 años, practicando en mi casa,  concretamente sentado en mi cama. Así aprendí los primeros acordes. Algunos años más tarde, ingresé en el conservatorio, y allí me dijeron que la forma correcta de llevar a cabo mis sesiones de estudio era en una silla no muy alta y con un soporte bajo el pie.

Así estuve practicando durante años, varias horas al día, hasta que acabé mis estudios en el conservatorio. Por aquél entonces, los dolores de espalda eran insoportables, y una contractura casi constante a la altura del omoplato izquierdo me agriaba la vida.

En mi desconocimiento, yo no vinculaba mis dolores de espalda ni mi contractura a las horas de práctica con la guitarra. Pero a veces, cuando el dolor era insoportable, estudiaba en el sofá, y esto, aunque me limitaba un poco la libertad de movimiento de ambas manos, sobre todo en los trastes más agudos, me evitaba el dolor.

 

SENTADO CON LAS PIERNAS CRUZADAS

Fue entonces cuando dejé el soporte de pie y comencé a tocar sentado en una silla no demasiado alta, con las piernas cruzadas y el instrumento apoyado en las piernas, de manera parecida a como lo hacen los guitarristas flamencos habitualmente, pero cruzando la pierna contraria. Esto me permitía tocar sin dolor y accediendo bien a todo el mástil. Así estuve tocando durante años. En esta posición, la guitarra me quedaba un poco baja, pero al menos no padecía los dolores de espaldacon tanta intensidad y frecuencia.

Tras tantos años de conservatorio y de formación clásica, al tocar en esta postura tenía la sensación de estar contraviniendo una norma muy importante en el mundo de la guitarra clásica, y me sentía hasta un poco irreverente. Pero con el paso de los años, y tras ver a muy buenos guitarristas utilizando posturas alternativas, desapareció progresivamente esta absurda incomodidad. Comencé a asentar la idea de que la salud es lo primero, idea que hoy se han convertido en un mantra para mí.

 

EL GRAN DESCUBRIMIENTO: EL SOPORTE ENTRE LA CAJA Y EL MUSLO

Algunos años más tarde, pude comprobar que algunos guitarristas tocaban con un soporte entre la caja de la guitarra y el muslo. Fue entonces cuando compré mi soporte Ergoplay, y esto mejoró radicalmente la situación. Creo que ha sido el cambio más beneficioso y notable que he aplicado a mi práctica con la guitarra desde que empecé (junto a las cuerdas de carbono, jejeje). Con este soporte, la columna vertebral permanece recta, los brazos tienen mayor libertad de acción, la guitarra queda a una buena distancia visual y, en mi caso, no tengo ningún dolor, aunque pase varias horas seguidas practicando. Fue todo un descubrimiento para mí. Desde entonces uso siempre este soporte cuando tengo que preparar repertorio para tocar en directo, así como en las sesiones de estudio a fondo y temporadas de práctica intensa en general.

 

Soporte Ergoplay

 

Con este soporte me encuentro muy cómodo, no tengo dolor de espalda ni al tocar ni después de tocar, y me canso menos que en otras posiciones. Es mi postura recomendada para practicar con la guitarra en en caso de sesiones de estudio o preparación de repertorio.

 

 

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¿ES ACONSEJABLE PRACTICAR EN EL SOFÁ?

La respuesta a esta pregunta me la ha dado mi propia experiencia. En mi caso, esta postura me limita un poco técnicamente. Al principio me costaba mucho llegar a los trastes agudos y el instrumento queda demasiado cerca para tener una correcta perspectiva visual del diapasón. Esto en cuanto a la técnica.

Desde el punto de vista postural y fisiológico, a veces el brazo derecho se me entumece un poco, en ese caso me paso a una silla. Y en ocasiones, si paso mucho tiempo, me molesta la espalda.

Por lo general, al practicar sentado en una silla con un soporte ergonómico, la mano derecha queda más liberada, y el acceso de la mano izquierda a los trastes superiores se realiza con más facilidad. Pero tocar en el sofá es algo muy aceptable, sobre todo cuando llegamos cansados del trabajo y no queremos estar sentados en una silla, lo cual es lógicamente más incómodo. O, por ejemplo, cuando estamos componiendo relajadamente, y usando simultáneamente un portátil o un dispositivo multimedia para escribir o grabar la música. En este contexto de comodidad y relax, el sofá es un buen alisado de la guitarra. La confirmación de que esto era una práctica aceptable me llegó cuando vi en la televisión documental sobre Paco de Lucía en el que en todo momento se veía practicando en el sofá. Si el maestro lo hacía…

 

CONCLUSIONES

En mi opinión, en las sesiones más largas de estudio o en temporadas de preparación de repertorio para tocar en público, mi mejor opción técnica y postural para practicar es la silla combinada con el soporte ergonómico. 

El soporte bajo el pié le funciona bien a muchos guitarristas clásicos, aún se suele ver mucho. Pienso que tras los estudios ergonómicos realizados tenderá a desaparecer progresivamente.

El sofá, la cama, el suelo, son posiciones más apropiadas para una práctica más relajada, para componer, o para esos días en los que llegamos cansados a casa y queremos desconectar un rato con la guitarra.

Juan Carlos Ayala

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