Esta es la última pieza que he compuesto, un pequeño blues clásico, con un turnaround muy tradicional, algo de contrapunto y una armonía simple. ¡Espero que os guste!
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En un primer artículo (LAS CUERDAS DE LA GUITARRA ACÚSTICA (I) EL CALIBRE) abordé el tema del calibre de las cuerdas para guitarra acústica. En este, me centraré en relacionar y describir los diferentes tipos de cuerda según el material del que están fabricadas.
En primer lugar hay que destacar que el material de las cuerdas afecta de manera crucial al sonido del instrumento, tanto como la calidad de su construcción, y mucho más que el calibre de las mismas. Afecta tanto al timbre como al volumen o al sustain. Por lo tanto, siempre recomiendo probar varios tipos de materiales, hasta encontrar aquél en el que encontremos el mejor rendimiento para nuestras necesidades. Es posible que para grabar nos guste un tipo de aleación y, para el directo o el estudio en casa, otra. Es cuestión de probar. Aquí no valen reglas ni consejos, sino la propia experiencia y el criterio personal.
También hay que decir que la 1ª y la 2ª cuerdas son siempre de acero, y que cuando hablamos de de aleaciones nos referimos al entorchado (el recubrimiento espiral) de las cuerdas de la 3ª a la 6ª. Por lo tanto, la 1ª y la 2ª cuerdas consisten en un alambre de acero, mientras que las cuerdas desde la 3ª a la 6ª constan de un alma (hilo interior) y un alambre de aleación que lo recubre en espiral (entorchado).
LATÓN (80/20 BRONZE)
Son el tipo de cuerdas más antiguo, y por lo tanto la mejor opción para todo lo que tiene que ver con lo vintage, ya sea en el instrumento o en el repertorio, pues producen un sonido clásico de guitarra acústica. Comercializadas generalmente con el nombre «bronze», en realidad son de latón, una aleación de cobre (80%) y zinc (20%). Tienen un color más amarillento que el del resto de aleaciones. Su sonido es profundo, de gran proyección, cristalino y crepitante. Su resistencia al óxido es la menor de todas las aleaciones. Se embotan pronto, desgraciadamente.
BRONCE/FÓSFORO (PHOSPHOR BRONZE)
Aleación introducida en 1974 por D’Addario, se compone de cobre (92%) y fósforo (8%). Su color es más anaranjado que el del resto de aleaciones. Aporta al instrumento un sonido más «moderno» que el del latón, pero también de extraordinaria belleza. Un sonido cálido, brillante y bien balanceado entre cuerdas. Su resistencia al óxido es considerablemente mayor que la del latón, por lo tanto duran más.
NÍQUEL (NICKEL)
Se trata de cuerdas de phosphor bronze bañadas en níquel o bien de puro níquel, que tienen por tanto el color blanco de este metal. Son más raras que los otros tipos de cuerdas, y no las producen todos los fabricantes. Ofrecen un sonido con claridad, resonancia y proyección, con gran cantidad de armónicos naturales. Más cálido el sonido de las cuerdas de níquel puro que en el caso de las bañadas con este metal.
ACERO AL CARBONO (CARBON STEEL)
Utilizado en las cuerdas de mayor calidad, aporta firmeza y mayor resistencia a la rotura, pero sobre todo mayor estabilidad en la afinación.
ACERO (STEEL)
Es el material utilizado en la mayoría de las cuerdas.
SEDA (SILK)
Hace que las cuerdas entorchadas sean bastante más blandas. Son una buena elección para las guitarras de cuerpo pequeño, también para música folk o fingerpicking. El alma es del mismo material que se usa en las cuerdas para guitarra clásica.
Algunos fabricantes ofrecen cuerdas bañadas de materiales que protegen el metal del sudor de las manos, y por tanto de la corrosión durante más tiempo. Este tipo de cuerdas suelen ser más caras, pero duran mucho más, por lo que en realidad salen más baratas. Sin embargo, lo que se consigue en duración se pierde en sonido, ya que producen un sonido diferente. Dependiendo del fabricante, esta diferencia puede ser sutil o muy notable. Es precisamente en este aspecto donde la experiencia propia es el mejor criterio a seguir.
Estas cuerdas bañadas se comercializan con distintos nombres comerciales, como EXP (D’Addario), Infinity Bronze (GHS) o Nanoweb (Elixir), por citar solo tres ejemplos.
NOTA: este blog ofrece información, partituras, tutoriales, todo de manera gratuita. Esto supone cientos de horas de trabajo y un coste anual de alojamiento y dominio. Puedes colaborar con el blog adquiriendo tu producto a través de los enlaces, que nos aportan un pequeña comisión para su mantenimiento.
Desde hace cientos de años, los guitarristas y laudistas se vienen preocupando de guardar sus instrumentos en un lugar o envoltorio a prueba de desperfectos. ¡Un laudista inglés del siglo XVII dice en su tratado que la mejor manera de guardar el instrumento es en la cama tapado con una manta!
Nosotros vamos a reservar nuestra cama para dormir plácidamente, pero vamos a analizar los tipos de fundas y estuches de guitarra disponibles en el mercado, porque queremos cuidar nuestras guitarras, y que nos duren muchos años.
Lo primero que debemos tener en cuenta es el tipo de caja (clásica, jumbo, dreadnought, etc…), ya que no todas las fundas sirven para todas las guitarras. Las acústicas de 12 cuerdas tienen la pala más larga y necesitan estuches especiales. Una vez tengamos claro este dato, debemos preguntarnos qué uso le vamos a dar al instrumento, pues esto nos va a ayudar también a elegir.
Estas son las opciones que tenemos:
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Son la mejor opción en cuanto a seguridad, ya que el material rígido protege mejor de los golpes, cambios bruscos de temperatura o humedad, etc. El inconveniente que tienen es su peso y que suelen ser más difíciles de transportar y aparatosos que las gigbags. Son la mejor opción para tener el instrumento en casa y de uso obligatorio en medios de transporte como aviones.
Espero que este breve análisis os ayude en la elección de la funda o estuche que más os convenga. Como siempre, vuestros comentarios serán bienvenidos.
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