LA CONSTRUCCIÓN DE UNA GUITARRA CLÁSICA EN 100 IMÁGENES (1 de 4)

Durante los primeros meses de 2019 construí mi primera guitarra clásica, una copia de Hernández y Aguado, basada en los planos de Roy Courtnall. No es mi primer instrumento. Ya había construído un laúd barroco, un archilaúd, dos vihuelas y un laúd renacentista.

Decidí construir esta guitarra al estilo tradicional, sin herramientas eléctricas, usando cola caliente animal y barnizado a goma laca. Hice la roseta de forma artesanal, imitando la original de estos grandes maestros. El resultado de estas 260 horas de trabajo queda plasmado en 100 fotografías, que dividiré en varios artículos.

 

1) Sacando la plantilla en un tablero de DM de 3 mm a partir del plano.

 

2) El plano a escala 1/1 es fundamental para consultas continuas. Este es uno de los tres planos que dibujé para esta guitarra.

3) Construcción de la solera, rebajando la concavidad de la tapa a gubia. Hay que decidir si construiremos con molde externo (al estilo Fleta o de los lutieres de instrumentos de cuerda frotada) o con molde interno, como es mi caso. Un molde interno (alrededor de cuyo perímetro se va montando la guitarra) necesita una solera de este tipo.

 

4) La tapa viene en dos mitades que hay que rebajar un poco a cepillo y posteriormente encolar. Aquí estoy rebajando media tapa.

 

5) La tapa (en este caso de cedro) debe quedar perfectamente lisa tras el cepillado. A la derecha se puede ver el «espejuelo», tan apreciado tradicionalmente por los guitarreros, y sinónimo de buen sonido.

 

6) La roseta o boca se realiza a partir de chapas de madera teñida.

 

7) Con la chapa teñida cortada y rebajada a cepillo se forman teselas, que serán la base de la roseta.

 

8) Se rebaja la tapa a formón para alojar las teselas que formarán la roseta.

 

9) Cuando la roseta va cogiendo forma se nos pone una sonrisa de oreja a oreja. Es uno de los momentos más gratificantes de la construcción de una guitarra, junto al montaje y el barnizado.

 

10) La tapa rebajada a sus grosores y con la roseta terminada, preparada para decibir el varetaje.

 

11) Encolado de las barras sobre la tapa. Momento crucial para el sonido del instrumento.

 

12) Rebajando el varetaje a formón. Aquí nos jugamos gran parte del resultado sonoro.

 

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13) Un listón de cedro de Honduras constituye el mejor mango de una guitarra clásica (y nos perfumará el instrumento durante años).

 

14) La foto es de mala calidad, pero ilustra bien el corte del mango para darle la posterior inclinación a la pala. Esto se suele hacer hoy en día a máquina. Aquí lo estoy haciendo a mano con una sierra jjaponesa Ryoba.

 

15) El mango unido a la pala a partir del corte que hice en la anterior fotografía.

 

16) Encolando la chapa de palosanto de la pala.

 

17) En la zona de unión del mango y la caja hay que hacer dos cortes para alojar los aros.

 

18) El mango ya muy avanzado. Se deja cuadrado para sujetarlo mejor. Los cuatro orificios guía de la pala están ya hechos.

 

19) Cortando a sierra de mano los canales del clavijero.

 

20) El clavijero ya casi terminado. Pendiente del tallado de parte del dibujo en relieve, a imitación del que hacían Hernández y Aguado en sus guitarras.

 

21) Tallando la pala a formón.

 

22) El clavijero y la pala terminados.

 

23) Una vez terminado el mango, se une a la tapa sobre la solera.

 

 

 

 

 

Juan Carlos Ayala

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